La elevación del prejuicio
La elevación del prejuicio Me gusta la gente de apie, lejos de estos prejuiciosos muros académicos llenos de esbirros cargados de cuanta tontería se le ha ocurrido a los filósofos y, con nociones bastante vagas, pretenden elevarse por encima del mal llamado "vulgo". Me quedó escuchando esos relatos vulgares como de aquel señor que rezo alguna vez por pagar la universidad de su hija y la suerte, Dios según me contó, le reparo en un sorteo el dinero suficiente para que su hija pudiera elevarse en sus hombros. Lo concreto. Las ideas son procursoras de hechos, dicen los poetas, pero en lo salvaje reina más la posibilidad y la esperanza que la verdad. La única verdad se reserva a un viejo libro ¿el resto? Charlatanería ¿quién pudiera revivir el espíritu cartesiano más que mis compañeros? Eternos en la jornada laboral, horas extremas en donde finalmente se entiende de que hablaba Marx con tanta insistencia y su resistencia a los círculos hegelianos de su época, enredados cómo est...