La historia del niño azul

Con los nervios destrozados se disponía nuestro amigo a despedir el año con alguno de sus círculos de amigxs, algunos fieles de largo tiempo, otros recientes formados por el éxtasis de las fechas. Momentos peculiares reúnen a las personas en la época del recuerdo y el adiós. Cuando pases esta noche con alguien recuerda que hablas con una historia, con una mente que trasciende la carne que se mueve al ritmo de la música. Algo nos trajo aquí o allí, algo siempre nos dice "ve ahí". Ese era el caso del niño azul, niño de Luna naciente, con el corazón en la mano y una lágrima en el rostro. Esperaba lánguidamente el pasar de las horas, quizás alguna lo transporte a una tierra lejana ya pasada por el tiempo y el mar; allí donde solía gritar a los cuatros vientos y con los cuatro elementos: ¡comeré tu cerebro! No importaba cuanto bailara o cuanto disfrutará de los distintos licores reunidos para la ocasión. Ni siquiera importaba las densas sustancias que hacían eco en su interi...