Hablemos de algo viejo. En la liquidez, el estado (acelerado) de la muerte de todo lo que nace, revisar un acontecimiento de un mes atrás parece desfasado, superado y puede que hasta aburrido. El "corre, corre", como decía la abuela, va borrando los eventos con el brazo del tiempo. El tiempo es implacable y maravilloso. Lo devora todo como un ancestro lovecraftiano, el tiempo es el agujero negro que engullo lo cotidiano para volverlo "pasado". Bien dicen que las cosas buenas llegan a su tiempo, un ritmo demasiado soso para el gusto posmoderno, pero ¿qué más da? Uno se adapta al ritmo, esa es la magia de la máquina humana. Hace poco más de un mes (escribo esto un 13 de noviembre del 2019) Joaquín Phoenix deslumbró al mundo con su actuación en "El Joker" (El bromas para los cuates y familia). Phoenix, sin querer posiblemente, fue la premonición de un futuro cercano. "El Joker es parte de nuestra familia". Sí, muchos no nos conocemos en esta a...
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