Re-post: - Ana Elena Pena
“Somos esclavos.
De una llamada, una nota, una palabra, una disculpa, una frase, un sí, un no.
Y lo queremos ahora, en este momento,
no mañana, no más tarde (por favor).
Te lo suplico.
Que venga. Que llame. Que no sea...
¡Que no pase!
¿Está todo bien?
¿Me quieres?
¿Me lo darán?
No es lo que pensaba, ¿verdad?
¿Estamos a salvo?
¿Ya apareció?
Sí. No. Sí. No.
Nos devoran la impaciencia y la incertidumbre a todas horas.
Los amores, los hijos, los seres queridos, la salud, el trabajo y ese miedo punzante a perderlos y que salte todo por los aires.
Hagamos más liviana la agonía de la espera con pequeños gestos que delaten que estamos ahí.
Que sí.
Que vamos a hacer un esfuerzo para poner un poco de calma en los ojos temblorosos y aterrados del otro.”
- Ana Elena Pena
De una llamada, una nota, una palabra, una disculpa, una frase, un sí, un no.
Y lo queremos ahora, en este momento,
no mañana, no más tarde (por favor).
Te lo suplico.
Que venga. Que llame. Que no sea...
¡Que no pase!
¿Está todo bien?
¿Me quieres?
¿Me lo darán?
No es lo que pensaba, ¿verdad?
¿Estamos a salvo?
¿Ya apareció?
Sí. No. Sí. No.
Nos devoran la impaciencia y la incertidumbre a todas horas.
Los amores, los hijos, los seres queridos, la salud, el trabajo y ese miedo punzante a perderlos y que salte todo por los aires.
Hagamos más liviana la agonía de la espera con pequeños gestos que delaten que estamos ahí.
Que sí.
Que vamos a hacer un esfuerzo para poner un poco de calma en los ojos temblorosos y aterrados del otro.”
- Ana Elena Pena
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