El peor de los chistes: ¿lo que nos toca? (¿Primera parte? )

Excusas invalidadas presenta. 


-Oye Aikme ¿pero cómo es que sabemos donde estamos y con quienes? ¿Existe alguna salida a este viejo problema?

-Ni una sola... Aunque confieso que una extraña información ha llegado a mis oídos: en ocasiones, según cuenta la vieja leyenda de la montaña, se escuchan alaridos de locos animales que frenéticamente relatan historias oscuras y extrañas, inconexas algunas, otras con algo más de ánimo del intento de la razón, otras con añoranza y esperanza susurrada entre lágrimas, oraciones en lenguas olvidas. En algún tiempo pasado, toda carne pensante escucho aquellos relatos, los mismos que parecen estar guardado tras llaves de "la memoria de la imagen, en cada rincón entre el polvo, sea de esta vida, o de las otras tantas pérdidas".

-Y ¿dónde guardamos hoy aquellas historias?

-Lamento decirte que solo algunos esqueletos de aquellas historias han sido trasmitidos; aunque una pequeña porción, suficiente para liberar del hambre y las cadenas al resto del mundo sangrante está guardada en un contubernio entre el baúl de los recuerdos que es la memoria y el diálogo con aquellas almas chirriantes, las mismas que hoy duermen con ojos abiertos.

-Será una difícil intento, casi una imposible proeza -pensó Aime-.

-Temo que hay un problema nunca resuelto, bien pasaría por mito, una leyenda viva pero aparentemente, como un cuento de horror para niños, inventada más que un hecho histórico, de esos que tanto disfrutan los burócratas del Estado. Bien sabrás que buena tinta y piel han gastado los pensantes tratando de resolver aquella primera relación que daría, dirían algunos, hasta la conciencia misma de "lo que somos". Ahora creo recordar aquel viejo cuento, relatado seguramente por algún antiguo navegante que luego se lo tragaría el mar, como estudiante en dictadura.

Parece probable que algún amigo, alguna anciana, que recordaba los viajes infantiles de los potreros, le haya confundido con alguna iluminación de medio día.

En fin, estoy seguro en todo caso de que poco se sabe de aquella historia, a fin de cuentas, las mejores historias se cuentan en fragmentos.

Ellas nos recuerdan la inigualable situación que atravesamos siempre, sin espacio de libertad de "centro-derecha" o "blanda-izquierda", entre los conceptos universales y las particularidades existenciales.

-Pero ¿de qué cizaña mentirosa estas hablando ahora viejo truhán?

-Verás que te lo contaré, aunque lamentablemente no podré demostrarlo, aún no existe una película completa sin los observadores que la relatan y discuten luego.

Tendrás que poner atención, muchísima atención a los pequeños detalles; no pienses en mí, de hecho, será mejor que te olvides de mí, si es que puedes, lo cual francamente dudo, ninguna de las almas mortales que haya conocido han liderado semejante proeza, la cual te confieso no contiene tanta gloria, sino que más bien termina perdiéndose en un largo laberinto.

Bueno, si te gustan esas cosas, como a mí, también puedes ir por ahí, aunque no podré acompañarte hoy, hoy me toca ir hacia el camino contrario. Te decía que no, no se trata de su atento y patético relator.

-¿De qué me toca? -volvió a pensar en silencio el que escuchaba.

-Vete leyendo las mentes de cuánto te rodea -prosiguió el otro, cuál vidente-. No te equivocas, lo has escuchado bien ¡lee las mentes! todo este asunto se reduce a esta pequeña lección.

-Aime se estremeció-

-No temas, olvídate de las cobardías que ayudan a sobrevivir entre las masas. No ocupas ningún súper poder, ni mucho necesitas ser un héroe o heroina muy virtuoso, o muy adictiva.

-Empieza ya mi seudo-Virgilio, llévame a la tierra de ese parloteo.

-vete riendo amado cantor, y si tienes gusto por la confusión, sígueme...

(Continuará)

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